jueves, 18 de septiembre de 2008

Gracias

Hace unos años fui a unas clases abiertas de Dirección Teatral que daba Ricardo Bartís en el Teatro IFT. De esos pocos encuentros me quedó un concepto que sigo usando al día de hoy. Decía Bartís que hay que agradecerle a los malos actores, a los que hacen cosas bochornosas, patéticas, lamentables; hay que celebrar que haya malos actores que sean los portadores de todo lo que uno encuentra desagradable y agradecerles que nos permitan ver puesto en ellos todo lo que uno no quiere para sí.

Creo que se puede extender el concepto a los no actores también, a las personas en general. Hay que agradecerles a aquellos que tienen vidas ruines, patéticas, necias. Ellos nos muestran el camino a no seguir, y eso es tan valioso como si nos sugirieran un camino deseable.

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