Que alguien proponga teorías:
¿Que carajo tiene que ver la noche del 24 de Diciembre (nacimiento de Jesús, la noche silenciosa en una campiña perdida del imperio romano hace 2 mil años) con la ultraviolencia auditiva-bombística que padecemos cada año esa noche, merced a los cada vez más estruendosos y estúpidos petardos?
5 comentarios:
Nada tiene que ver. Pero nos estamos convirtiendo en personajes quejosos... no? By the way... me gusta el switch de negro a azul. Ta mejor.
Preguntale a Cienfuegos (no a Camilo), que seguro tiene algún arreglo con los papales de allá lejos.
Por mi zona festiva (caballito) no hubo mucho ruido insensato, a Dios Gracias. (viste a dios gracias..todo va cerrando).
saludos zombies
Control y mercado se fueron al río...
La cañita voladora representa la estrella fugaz que guió a los reyes magos a belén. Desde el nacimiento de jesús, se ha impuesto la creencia que las estrellas fugaces indican un nacimiento. Por tal motivo se lanzan en cada festejo de la navidad. Por extensión, en año nuevo las cañitas se lanzan para indicar el nacimiento de un nuevo año. En un principio las cañitas eran luminosas pero silenciosas, hasta que un día una cañita falló en el aire y provocó un gran estruendo. La explosión maravilló a muchos de los presentes, circunstancia esta que motivó el uso de materiales explosivos para esta clase de festejos.
La Navidad fue estratégicamente superpuesta con la festividad pagana Saturnalia [esa era la denominación Romana, aunque en diferentes culturas se la encuentra con diferentes nombres]. En suma, el hemisferio norte festeja el nacimiento del nuevo Sol tras la noche más larga, lo cual coincide 'casualmente' con el inicio de un nuevo ciclo solar/año. Al mismo tiempo, en muchas culturas este tipo de transición se festeja ahuyentando a los malos espíritus recurriendo a cualquier fuente de ruido/quilombo. De ahí la pirotecnia china y sus derivados en occidente.
¡BLOOOOOOOOOOOOOOOM!
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