Ideas

Una idea es más sutil que una palabra escrita, pero anotarla le da cuerpo, la hace entendible para otros. La realidad es que una idea pensada corre el riesgo de perderse en el maremoto de información que manejamos a diario y los estímulos visuales-auditivos que procesamos de a miles.

Abrir la puerta del papel es permitirle a una idea hacer tierra, echar raíces, desarrollarse, como una planta que da sus flores particulares y, quizás, sus frutos.
Abrir un canal para que la idea se deposite en el formato físico del papel, hacerla aterrizar sobre la superficie blanca que la exhibirá mejor.
Es como mirar un pájaro de cerca o mirarlo volando en el cielo. Es el mismo pájaro, pero uno será inalcanzable y se irá volando; el otro tiene detalles, matices, tiene una respiración que se siente, tiene una mirada, se hace real en la cercanía.

Coghlan, Buenos Aires, photo by me