Tocar música con otra persona es como ser parte de un número de equilibristas, uno sostiene al otro que lo sostiene a uno. Si uno cae lo más probable es que al otro le pase lo mismo, como un castillo de dos naipes. Mecanismo de dos piezas que se necesitan para funcionar, construcción dual que es mayor que la suma de sus integrantes.
Una arquitectura en común que requiere escuchar al otro, respirar con el otro, sentir el pulso de la música juntos en un diálogo secreto y unívoco.
Formulación de una sola música a través de dos mundos de personas diferentes. Riqueza que excede la individualidad, felicidad compartida.
Primavera 2024 (83)
Hace 1 hora
1 comentario:
Oh, sí!
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