Dos maneras hay de no sufrirlo:
La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más.
La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuo: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar y darle espacio".
Italo Calvino, Las ciudades invisibles
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