lunes, 15 de diciembre de 2008

notas desde la faringitis

Todo en mí huele a remedio, mi saliva, mi orina ambar-punzó. No poder hablar por el dolor de garganta me hace descubrir cuán limitado es uno para relacionarse con otros sin la palabra dicha; ya son dos días enteros de convalescencia en cama, no hay película ni libro que me haga pensar en otra cosa.
Esto es el infierno, pienso. Mucho más que esa ridícula idea del lugar lleno de fuego y diablitos con cuernos y tridentes. Esto es el infierno: estar conciente y no poder ser. Ser y no ser.

Tragar (líquido, comida, saliva) implica un dolor intenso, punzante, repetitivo como el de una trompada donde uno ya recibió muchas trompadas.
El baño de inmersión produce un alivio ilusorio, pero al menos es algo para hacer. Ya no sé si voy por el tercero o el cuarto del día. En estos casos uno no encuentra buena televisión para ver, así que mira chatarra hasta que se harta y la apaga.

El dolor es un elefante parado a dos centímetros de mí que no me deja ver ni sentir ni pensar en otra cosa.

Pongo un CD de los Beatles, "LOVE". De una manera especial me hacen sentir mejor. "I want to hold your hand". Hay algo chamánico, invocador de la vida, en esas voces y esa música. Me lleno los pulmones de de ellos todo lo que puedo. Pienso: en el momento de mi muerte quiero estar escuchando a los Beatles.

5 comentarios:

Cintia Fritz dijo...

El dolor se parece a Dailan Kifki... A pesar de que ESE elefante es adorable. Cúrese. Basta de andar sufriendo.

carmela dijo...

A mi una vez me pasó algo extraño luego de que me sacaran la muela de juicio, no se si era dolor, hinchazón, post anestesia o que, pero vi la película de Frida y me angustié de un modo que nunca antes había vivido.
No se si tiene que ver con lo que dijiste, y creo que estoy quedando como una loca suelta, pero no voy a borrar mi primer impulso.

Los beatles son muy alegres para una muerte, no es una mala opción. También son buenos para vivir.



¡¡mejorate!! ¡es verano!

Tomás Grounauer dijo...

Cintia: Eso, basta de andar sufriendo, es lo que le digo a mi garganta, pero se hace la que no escucha, la muy ladina.

Gracias, Carme. Yo creo que situaciones así te dan una posibilidad de ser vulnerable frente a las cosas bellas. Como ponía en el post anterior, la música de Spinetta me conmovió hasta hacerme llorar. Mirá que sensible estaré que hasta contesto los comments! Ja! un beso.

Unknown dijo...

Cuernos!en que franja negra te dejó la garganta que hasta se te tiño el fondo del blog.

Café (con tostadas) dijo...

Tremendo. Sepa que sé lo que le pasó. Tengo la maldita manía de hacer anginas 2 veces al año y, alguna vez, han llegado hasta amigdalitis.

Dróguese, hagame caso. Lamentablemente no hay nada como unos buenos corticoides, abundantes antibióticos y grandes cantidades de calmantes.

Es verdad, el baño de inmersión produce alivio. Es verdad, los Beatles más!