Estar sometido por la opinión de otro/s es una situación miserable, es como ser esclavo de alguien a quien no le interesa tener un esclavo.
Uno tiene que enfrentarse cara a cara con la Vida, mantener un diálogo con la existencia, un diálogo único y personal, que es en definitiva el más importante que se puede tener. Uno está solo con el mundo, con el universo. Eso es una bendición, al contrario de lo que se podría pensar: que es un estado de desamparo, abandono, etc.
Entablar un diálogo íntimo y privado con la Vida es la base de la fortaleza interior, es el campo donde cultivar todos los deseos de uno que aspiran a ser logros.

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